No tienes precio, caradura, por no tener no tienes ni descuento y con la fijación que tengo yo con las Rebajas es normal que no nos hayamos encontrado antes.
¡Si es que a pesar de los defectos de fábrica te compraría! y tiraría el ticket de caja sin dudarlo ni un instante.
Tanto te buscaría que te encontraría en medio de un rastrillo, bajo toneladas de otros que se te parecen, ¡incluso lo intentaría en tiendas de segunda mano!, rebuscando, de rodillas, mendigando...
Porque se que no eres prenda de una temporada pasada y puede que no estés a la venta, es más, puede que no seas ni de mi talla, pero combinas con todos mis bolsos. Por eso te busco en los escaparates y pregunto por tí hasta en objetos perdidos, no vaya a ser que te olvidaran en la calle.
Pero como nada de esto funciona, lo que llevo encima son imitaciones de mala calidad, copias baratas que no engañan a nadie y que pierden el brillo a las dos semanas.
Y no se para qué me molesto en buscarte si lo que me gusta es dormir desnuda.
miércoles
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